Uno de los primeros pasos cuando empiezo a hacer alfabetización emocional es enseñar a al adolescente a identificar y etiquetar sus emociones, sin duda es un proceso urgente no solo importante, te repito URGENTE en esta etapa. ¿Por qué? Cuando enseñamos a identificar se empiezan a formar las primeras bases de regulación emocional, además de responsabilizarse de sus emociones y cómo estas influyen en sus relaciones cercanas, en especial la más importante, con ellos mismos.
Con evidencia científica te voy explicar las razones de porque este paso como terapeutas, se convierte en la pieza número uno del rompecabezas del proceso terapéutico que propongas con tus consultantes adolescentes como con sus padres.
Porque sin identificación no hay regulación.
Si tus consultantes no saben ponerle nombre a lo que sienten no podrán , experimentar, expresar y decidir que hacer con lo que sienten, a lo que llamamos estrategias de regulación. Según investigaciones recientes, los adolescentes que son más competentes en identificar y etiquetar sus emociones tienden a tener mejor salud mental en general, así lo confirmó un estudio de Flynn y Rudolph (2014) encontraron que los adolescentes con habilidades avanzadas para reconocer emociones presentaban menores niveles de síntomas depresivos y ansiosos, en comparación con aquellos que tenían dificultades para hacerlo.
Porque la inteligencia emocional, se entrena.
La inteligencia emocional se construye y se entrena a lo largo de los años y la adolescencia en especial es una etapa donde empezamos a ser más conscientes de nuestras emociones y malestar, como te decía es un proceso que nos permite percibir, comprender, aceptar y decidir qué hacer con las emociones. Un meta-análisis de Schneider et al. (2013) demuestra que una alta inteligencia emocional en la adolescencia está asociada con mejores relaciones interpersonales, mayor empatía y una mayor satisfacción vital. Al enseñar a los adolescentes a identificar sus emociones, logrará desarrollar una inteligencia emocional que puede servir como factor protector contra diversos restos psicológicos y sociales en esta etapa.
Porque reconocer es el primer paso para saber elegir qué hacer con lo que siente.
Cuando los adolescentes pueden identificar qué están sintiendo, será más adaptativa su conducta de regulación del malestar, aumentando la probabilidad de que seleccionen estrategias de afrontamiento que les permitan aceptar el malestar y regularlo. Un estudio de Southam-Gerow y Kendall (2002) mostró que los adolescentes que podían identificar y etiquetar con precisión sus emociones tenían menos probabilidades de recurrir a estrategias de afrontamiento ineficaces, como la evitación o la rumia, y eran más propensos a resolver conflictos de manera constructiva.
Porque un adolescente que reconoce lo que siente, fortalece su autonomía.
Identificar emociones no solo promueve la regulación emocional, sino que también fomenta la autonomía y la autoeficacia. Ayuda a que tu consultante sea capaz de entender y cuidar sus emociones, fortaleciendo el sentido de control sobre sí mismo, un aspecto central y fuente de conflicto y preocupación de los padres en la adolescencia. Con respecto a esto Bandura (1997) señala que la autoeficacia emocional, es decir, la creencia en la capacidad para gestionar las propias emociones, es un predictor importante de la competencia emocional y el éxito en la vida adulta.
Porque aprender a identificar sus emociones incrementa el éxito académico.
La identificación emocional también tiene un impacto significativo en el rendimiento académico y la conducta de los adolescentes. Un estudio longitudinal de Brackett et al. (2012) encontró que los adolescentes que eran capaces de identificar y gestionar sus emociones mostraban un mejor rendimiento académico y menores problemas conductuales. Este hallazgo subraya la conexión entre las competencias emocionales y el éxito escolar, lo que nos sugiere como terapeutas que las intervenciones dirigidas a mejorar la identificación emocional pueden tener efectos positivos en múltiples áreas del desarrollo adolescente.
En resumen, la habilidad de identificar las emociones durante la adolescencia es un factor protector para su desarrollo emocional y para el bienestar psicológico general, no solo en ellos, tambien en sus relaciones cercanas. Cómo lo leíste los datos científicos apoyan la importancia de fomentar esta habilidad en los adolescentes, ya que está relacionada con la regulación emocional efectiva, el desarrollo de la inteligencia emocional, el manejo del estrés, la promoción de la autonomía y el éxito académico. Como psicoterapeutas de adolescentes , es urgente incorporar estrategias que ayuden a los adolescentes a desarrollar esta competencia, dado su profundo impacto en la salud mental y el ajuste psicosocial a largo plazo.
Si no sabes cómo implementarlo en tu consulta , aqui te dejamos la guía para hacer alfabetización emocional en tus sesiones, durante la fase 1.
Con amor,
Diana Aguirre
Psicoterapeuta de adolescentes
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